jueves, 30 de diciembre de 2010

Se va el 2010

Se va el 2010, el año el el que ingrese en el universo blog para luego desaparecer de el...No quería dejar de despedirme de este año y de esta época, prometiendo reingresar,ahora que espero estar algo mas desenvuelta y,encima, tengo un IPad!!!! , generoso presente de mi esposo para felicitarme en mi cuarta década de vida + Navidad.
Sin intención de ser nada original, deseo Paz y Amor a todos los que lean estas lineas. Para mi este año ha sido muy bueno en lo personal y en lo publico, para mi solo pido quedarme como estoy. Se que no ha sido así para muchos de mis seres queridos, de mis amigos, algunos de los cuales se han dejado un pedazo de su alma en estos meses. A todos y todas os llevo en el corazón y no hay día que no os envíe lo mejor de mi energía. Pero por lo sorprendente e irreversible, solo voy a nombrar a mi vecino Gregorio, que dolorosamente, ya nunca me invitara a ese mojito que quedo pendiente para el verano próximo, pues para el, y lo escribo y todavía no lo creo, ya no habrán mas veranos ni mas mojitos. Nunca lo olvidaremos.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Canelahada cumple años




Ella es un hada, Canelahada. Ambas vivimos en el sur, yo en el sur del sur, donde se abre el mar; ella, al pie de las montañas, donde empieza el norte; en un lugar siempre de tránsito, que le permite de vez en cuando abrir sus alas inquietas de mariposa y echar a volar, aunque siempre vuelve con los brazos llenos de cosas lindas que encuentra en rincones insospechados, algunas sé que las atesora, pero muchas otras las vuelve a derramar en el viento para que lleguen a los cuatro puntos cardinales, sembrando alegría y belleza, un propósito a cumplir por toda hada que se precie.
Nos conocemos hace ya más de dos veranos, a pesar de que todavía no nos hemos encontrado cara a cara. Nos unió este nuevo mundo mágico, donde todo es posible, y nuestro gusto común por las faldas, blusas y demás maravillas de la creación. Pronto descubrimos que teníamos mucho más en común; ella habla de sincronías en el universo, yo la considero mi hada maestra: todo lo que en mí es afición, en ella se convierte en excelencia. Siguiendo su estela me inicié en el universo blog, guardo entre mis secretos sus recetas de la confitura y el pastel de pimientos, del hojaldre de espinacas, espero que algún día me desvele la receta de los pastelillos de setas, se me hace la boca agua de recordar las fotos que vi hace tiempo. De sus manos mágicas lo mismo sale una primorosa guirnalda de flores bordadas que una suculenta tortilla de coliflor (es otra flor???), si bien su máximo orgullo son sus dos hadas hijas, preciosas y artistas como ella, siempre albergando la belleza, que puede tener forma de canción o de cojín, de broche o de paseo por un parque. El espíritu del eterno femenino se posó entre ellas para derrochar felicidad en su entorno.
Hoy las hadas y el resto de seres mágicos celebramos el milagro de su nacimiento. Estoy segura de que todos vendrán cargados de presentes; el año pasado, yo intenté regalarle una luna llena sobre el mar, pero creo que no la recibió. Hoy espero que le llegue esta cinta de palabras, que contienen mi admiración y mi cariño. A las hadas, duendes, mariposas y libélulas no nos importan los años, sino la felicidad de ser y estar aquí, sin duda no en el mejor de los mundos posibles, pero cómo lo adoramos y cómo mejoraría si todos sus habitantes practicaran la religión del amor, de la belleza y
de la alegría, de la que Canelahada es devota.
Así, Sacri(nombre secreto del hada), agradecemos tu presencia, la mirada que compartes en tu blog, tus palabras, hasta los años que me llevas, que te sirven para confirmarme mi anhelo de que, pase lo que pase, a pesar de lo negro que se ponga el cielo, siempre, lo mejor está por venir.

martes, 31 de agosto de 2010

Insomnio

Ya es la una y cuarto del 1 de septiembre y, tal como me figuraba, yo no pego ojo. El insomnio se me presenta siempre los días "antes de..."(rellénese con cualquier concepto: eventos, viajes, fines de curso, inicios de curso...). No os preocupéis, que no tengo ningún motivo para estar nerviosa, si casi estoy deseosa de volver al curro (esto es mentirijilla, claro). Pero es que aparte de tener el sueño muy ligero y saltimbanqui, en mi familia por ambas ramas hay cierta vena ansiosa,( en lo que concierne al descanso sobre todo por parte materna), y me temo que yo la he heredado. Sé que es algo que debo aprender a controlar sin angustiarme, la ansiedad, por la cuenta que me trae y por el daño que sé que puede llegar a hacer, lo veo muy cerquita.



Creo que por eso nació este blog, si no, no me explico su existencia. Yo nunca he sido demasiado introvertida, pero tampoco de abrir mi alma al primero que se presenta. (Bueno, he sido más tímida que echada p´alante, a quién voy a engañar). Es cierto que siempre me ha gustado escribir, pero nunca lo he hecho y, después de estos meses, sé con toda seguridad que mi carrera de escritora empieza y termina en este marco en el que lo estoy haciendo: no tengo la imaginación ni el talento ni el empeño de trascender este mini-género que vamos creando entre todos.



Me encanta que me leáis y compartáis conmigo lo que os sugieren mis palabras, pero seguiría bloggeando aún sin recibir ningún tipo de feedback. De hecho, estoy sorprendida de haber recibido noventa visitas desde anoche, cuando instalé el contador; no me esperaba que me leyeráis más que mis siete u ocho habituales.



Sinceramente, tampoco me importan las malas opiniones, los que piensan que escribir este estilo de blog es cursi, ñoño o egocentrista: por supuesto que lo es, ¿qué pasa?, al que no le guste, pues que no mire(ésto va por mi innombrable, que no entiende en absoluto por qué lo hago, pero él puede estar tranquilamente tres horas zappeando sin ver ni un minuto de un programa de la tele porque todos son una m... o ver tres veces seguidas la final del Mundial de fútbol, que no me digáis que tiene mucho argumento).



Y os abro mi alma, sí, pero sólo hasta cierto punto. Hay temas y personas a las que apenas aludo, si os fijáis(aparte del innombrable), o porque son íntimos y una tiene mucha clase, o porque son dolorosos y complicados y nadie sabe cómo puede liarse la historia ni quién acaba leyendo qué. A estas horas de la madrugada se puede ser sincera y os confieso que mi sinceridad a veces se autocensura.


Entonces, ¿por qué escribo este blog? Creo que ya lo he contestado antes y en otras ocasiones: es mi terapia particular. Supongo que todos llevamos dentro de la cabeza un incansable runrún, asociamos personas y acontecimientos, casamos hechos incoherentes para darles sentido, descubrimos el polvillo dorado de lo mágico en la cosa más anodina...Yo, por si acaso soy rara, escribo sobre ello; de esta manera lo objetivizo, lo veo desde fuera, aparte de mí, y puedo pasar página más rápidamente. Es como si me desdoblara en dos, la que habla y explica y la que escucha y asimila. Termina la lección, se cierra el libro, olvidamos la historia. Quizás habré de buscar maneras de evitar la autocensura que ya mencioné, para que mi terapia sea más efectiva, pero por el momento no ha sido necesario.



Además, está la parte lúdica de todo ésto. Me lo paso divinamente, hay momentos en los que me siento como una de los Grandes (y aquí estoy aludiendo a mi adorada Almudena). Sueños de grandeza, qué más da, si nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira...No es más que un juego. De chiquita, escribía historietas en papeles y luego hacía aviones con ellos, y los lanzaba a volar desde el sexto piso del bloque de vecinos en donde vivía, y soñaba que alguien los encontraba, los leía y entendía...Quién sabe lo que puede ocurrir, quién sabe quién...



Por el momento, después de escribir esta entrada, apuraré mi taza de infusión de dulces sueños, que sabe a gloria, y rezaré para que Morfeo me bese la frente.




Y vosotros,¿qué tal de los nervios?





Fotos de Cristi Fuentes Montiel.

Veinte unos de septiembre

Mañana es uno de septiembre, fin de mis vacaciones. Esta madrugada, en ese duermevela maravilloso que sucede al letargo, me acordé de que ya vuelven los temidos madrugones y el estress, y me pregunté, ¿cuántas veces más tendré que sufrir ese fastidio, el del fin del verano y la vuelta al trabajo?. Si no lo piensas mucho, parece que la sucesión de años, con sus ciclos, idas y vueltas, es interminable, pero la verdad es que la pregunta anterior tiene una respuesta muy concreta: veinte veces, a lo sumo, veintisiete, si cambiaran mucho mis condiciones laborales.




Fue un pensamiento sonámbulo el que expongo a continuación, pero me temo que no falto de verdad. Medio dormida, me dije, "Dios mío, me quedan veinte días para jubilarme". Veinte unos de septiembre, veinte cumpleaños, veinte navidades, veinte finales de curso....No es una idea ésta que me llene de entusiasmo, el veinte es un número redondo, ni muy pequeño ni muy grande, me acuerdo perfectamente, como si fuera antesdeayer, de cosas que hice hace veinte años, así que, esa extensión de tiempo ante mí me parece simplemente poco.






De hecho, el viernes pasado, a la salida de una atracción del Tívoli me topé de frente con un antiguo compañero de instituto, Álvaro se llama, un tipo muy chistoso y buena gente. Nos miramos y saludamos extrañados, "¿Qué haces?, Pues ya me ves, aquí con los niños, veinte años después...". El tiempo ha pasado, tenemos de prueba el gris de su pelo y los niños, ya medio críados, pero estoy segura de que a él le pasó lo mismo que a mí, que tuvo la sensación de habernos cruzado en un corredor de la escuela hace dos horas, de vuelta de clase de Educación Física, o tal vez, de Informática...O tal vez sea que, irónicamente, nos estamos permanentemente cruzando a escondidas en pasillos interdimensionales, pues él trabaja en mi localidad de residencia y yo al lado de donde él vive, por lo que la autovía del Mediterráneo es nuestro lugar de encuentro diario, insospechadamente.






En fin, esto del "tempus fugit" no lo he inventado yo, mi papi me lo lleva diciendo desde que era una monicaca, recuerdo que en el fin de año de 1976 ya le preguntaba que cuándo volvería ese año, y él me explicaba que no, que los años no vuelven, que llegaría el 86, el 96 y el 2006 sin que nos diéramos cuenta, pero que los calendarios una vez agotados sólo tienen utilidad como objeto de colección. Y así coleccionamos calendarios a la vez que adquirimos recuerdos y experiencias. Me siento feliz de que él todavía esté a mi lado, tantos años después, asegurándome que el tiempo vuela y no retrocede y hay que exprimirlo y pido que juntos quememos muchos almanaques más, todos los editables. En este universo loco, en la inmensidad del espacio y la eternidad del tiempo, no somos más que una chispita de la luz de alguna estrella: lo milagroso es la vida, como decía Carmen Martín Gaite, "Lo raro es vivir". Y ese precioso don dura sólo unos días, veinte días de septiembre.






Las dos primeras fotos de esta entrada son, nuevamente, cortesía de Cristi Fuentes. Gracias, guapa.

domingo, 22 de agosto de 2010

Un cisne en un lago







Ya sabéis que uno de mis lemas es "La vida te da sorpresas", hay que estar pendiente al milagroso salto de la liebre, o del pez en el mar. Esta vez Facebook me ha permitido descubrir que una de mis amiguillas de toda la vida, casi una prima(nos une casualmente nuestro segundo apellido), es una consumada fotógrafa, de esas que tienen mirada de poeta, que descubren la belleza hasta en la bolsa de la basura, si fuera menéster. Me ha dado permiso para que tome algunas de sus fotos para ilustrar mi blog, ya os iré mostrando alguno de sus tesoros, pero hoy dejadme que os muestre la foto del cisne en el lago, que me ha devuelto por segundos a otra amiga queridísima para mí, a la que hace siglos que no veo y de la que apenas sé algo de vez en cuando, pues no es muy proclive a andurrear por estos universos cibernéticos.
















Éramos compañeras de facultad, pero realmente nos conocimos ya en cuarto de carrera, cuando ambas conseguimos una Erasmus para pasar unos meses en Inglaterra, en el Wolverhampton Polythecnic, concretamente. No creo que ninguno de los estudiantes españoles que coincidimos en aquella experiencia aprendiéramos mucho inglés, pero sí que experimentamos el choque con una cultura extranjera, aprendimos a movernos en un clima hostil, y, sobre todo, a convivir con estudiantes de casi todos los países.




Fue una experiencia sobre todo refrescante, salir por fin del confortable, pero a veces asfixiante, hogar familiar y hacer nuevas amistades, vivir de otra manera.Y, sobre todo, conocerla a ella, una chica completamente distinta a mí, una princesa encantadora, delicada, de apariencia frágil, tan esbelta, tan linda y romántica y, a la vez, tan cómica y locuela. Ella era Julieta, yo, el ama. Ella era un cisne, yo, una oca.




A la vuelta de Inglaterra nuestra amistad continuó, compartimos confidencias, noches de ron-cola, risas, muchas risas, nuestros ataques de pavo eran míticos. Vivimos juntas primero desamores, y después amores. Terminaron los años universitarios y nuestras vidas tomaron rumbos distintos, pero nuestra amistad se mantenía gracias a larguísimas conversaciones telefónicas: nos casamos casi a la vez y puede decirse que planeamos juntas nuestras bodas(más bien yo iba siguiendo sus instrucciones, siempre he sido un poco desastre). Recuerdo que en una ocasión ella y su novio fueron al "celebérrimo" chipriota de Fuengirola, al que todos acabábamos yendo para que nos leyera los posos del café, y volvió radiante diciendo que el señor había visto clarísimo que su vida sería siempre plácida y sosegada, "como un cisne en un lago".

Y así me gusta recordarla, mi preciosa princesa cisne, aunque sé con certeza que su vida, si bien feliz, no ha sido tan plácida y sosegada como imaginara. Sin duda ha habido mucho amor, un amor de película, que la ha llevado a trasladar su nido del Sur a la dura Extremadura, de allí a África, de aquí a las Islas Afortunadas, de éstas, de vuelta a la Península, a un lugar de dulce nombre. Pero ella contaba que cada sitio le gustaba más que el anterior, en todos caía de pie, según sus palabras. De ser hija única mimada pasó a ser madre mimosa de dos princesitas, a las que apenas conozco. No quería dedicarse a la educación y ha terminado siendo maestra apasionada de polluelos. En definitiva, su metamorfosis ha sido la opuesta a la de los cuentos: de princesa se convirtió en cisne, y, de cisne, en mujer de acero, eso sí, manteniendo su apariencia angelical, convirtiendo la realidad más hosca en un lago azul, donde ella nada. Al menos, así la imagino y la deseo, y guardo esta amistad dormida latiendo en mi corazón, con la esperanza de que algún día volvamos a encontrarnos.








Todas las fotos "artísticas" de esta entrada son cortesía de Cristi Fuentes Montiel, mi casi prima del alma.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Coged las rosas...

Sé que tengo el blog algo dejadito, pero es que lo que hace una semana era hastío en pocos días se ha convertido en actividad frenética, llevamos unos diitas..Hemos ido a la playa varias veces, a la feria, el lunes, después de mucho tiempo, casi me emborraché, eso sí, en casa y en buena compañía; acompañé a mi marido a Granada y aproveché para ir de tiendas (mejor no digo lo que me gasté, estoy temblando pensando en el momento en que seré descubierta, pero...yo lo valgo), almorzamos en un sitio muy chulo de Loja;hemos estado en una barbacoa; el fregadero de la cocina decidió que el puente de agosto era el momento apropiado para atascarse completamente, hemos salido varias veces con mis cuñados de Sevilla,que andan por aquí de vacaciones... resumiendo, días de bacanal, de vino y rosas, que es lo apropiado después de haber oído a Stephen Hawkins pronosticar que a la humanidad le quedan cien años, doscientos a lo sumo. Yendo hacia Granada, en la radio, daban un especial sobre el fin del mundo, con motivo de esas declaraciones del insigne científico, que recomienda que empecemos a buscar ya otro planeta donde mudarnos; por lo visto, el proceso que conduce al fin de nuestro planeta acaba de empezar; los mayas nos auguran un par de años(el día Z es el 22 de diciembre del 2012), otros científicos nos dan mil millones de años...la cosa es que esto se va a acabar en cualquier momento y este verano puede ser uno de los últimos o no, pero en cualquier caso, me voy a dejar por ahora de mi filosofía de todo a cien y, volviendo a los clásicos, disfrutaré del carpe diem, así que cortad las rosas mientras podáis. Rosas, rosas, muchas rosas, sobre mí, sobre vosotros, una lluvia de rosas...

Siento no poder ilustrar mis vicisitudes, llevo a todas partes mi cámara de fotos, pero no me paro ni a sacarla del bolso. Llega el 15 de agosto y los días se precipitan hacia septiembre, recojamos los restos del verano y hagamos un ramillete con ellos, que os ofrendo con mi cariño.

domingo, 15 de agosto de 2010

La Puerta de Tannhäuser





Hace unas noches, zappeando, me encontré con una película algo extraña y sangrienta situada en la edad media, en la que reconocí la cara del actor principal, un rubio muy guapo y elegante, al que tardé unos segundos en terminar de ubicar: "ah, sí claro, el replicante malo de Blade Runner, el que decía lo de las puertas de Tannhäusser". Entonces, hice lo posible por estrujarme las neuronas intentando reproducir la parrafada exacta, ese discurso final que suelta el personaje poco antes del final, pero, la verdad, no tengo muy buena memoria para las citas y frases célebres. Creo que sé de memoria repertorios completos de copla española y canciones de los años 50 y 60(de oírlas a mi madre de niña), pero de citas poco. No obstante, he admirado la facilidad que tienen algunos para soltar discursos completos, o repetir diálogos de películas, y, sin dudarlo, si hay un fragmento que he comprobado a lo largo de los años que a la gente le gusta memorizar, es éste:


"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais: Naves de ataque en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán...en el tiempo...como lágrimas...en la lluvia. Es hora...de morir".


La primera persona que recuerdo que me soltó la parrafada fue un ex, al que voy a omitir hoy; luego recuerdo a mi amiga Ana Hernández, con la que estuve un año en Estados Unidos y de la que he perdido la pista, algún día le dedicaré una entrada, pues era alguien muy especial y apasionada. Tengo que sentarme y escribirle una carta a su antigua dirección en Madrid, la casa de sus padres, como el que lanza un mensaje en una botella, a ver si le llega. Ella era una enamorada de esta película, Blade Runner, como tantos otros que he ido conociendo a lo largo de los años y que la grabarían entre sus favoritos. El último fue Manolo, un compañero de trabajo, al que conocía de vista desde los 18 años pero con el que nunca había cruzado palabra y con quien coincidí el curso pasado; él también adoraba Blade Runner y me confesó que saberse ese tipo de frases es un buen recurso para ligar, aunque me temo que él tenía poco éxito en esas lides.


A mí, sin embargo, Blade Runner siempre me ha dejado un poco fría, me gusta la ciencia ficción y entiendo que BR crea escuela, inventa un escenario, una estética, una filosofía que es copiada por todo lo que viene detrás, desde El quinto elemento a Inteligencia Artificial o tantas otras. Supongo que se merece una revisión. Como curiosidad, la acción transcurre en el año 2019, una fecha que ya no es nada remota; Ah, y la puerta de Tannhäuser ... NO existe.
















lunes, 9 de agosto de 2010

A vueltas con el verano...







Volvimos hace días de las vacaciones en Saidía y nos encontramos con el aburrimiento. El chiquitín ha estado casi una semana con cuarenta de fiebre, mi marido, con una uña del pie a la virulé, que le está haciendo tomarse toneladas de antibióticos que le descomponen el estómago, seguimos esperando horas y horas las impuntuales e infructuosas visitas de pintores, carpinteros, electricistas...que tienen que dar el último toque a nuestra reforma, la obra de la Alhambra pareciera...Leo montones de novelas, horas y horas, y todas terminan con la trágica e "imprevista" muerte de la protagonista, en la flor de la vida,(¿será una indirecta del destino?). No os preocupéis, es mi síndrome de todos los agostos, me aburro, aunque no pare en todo el día de trajinar. Hace demasiado calor para salir a pasear con los niños, y, por una u otra razón, nunca podemos ir a la playa, que, por otro lado, están tan atestadas que es casi imposible encontrar una plaza de aparcamiento. Tengo todo el día la sensación de estar desperdiciando el precioso tiempo de las vacaciones encerrada en casa, bajando a ratitos a la piscina, pero tampoco puedo escapar, dejando a los niños malitos y a mi marido cojo. Sé que, una vez pase el 15 de agosto, llegarán los dulces días de final de verano, cuando faltan días para recuperar todo el tiempo perdido... Y luego llegará septiembre, se quedarán las playas desiertas, y aprovecharemos las tardes para disfrutar esos últimos baños tan preciosos. Ahora estoy en mis días más tontos, como cada año, mitad de verano, en el recuerdo, nuestro viaje a Marruecos, que ya es pasado.

Marruecos, lo que hemos visto de este país, nos ha gustado mucho. Playas maravillosas, comida sabrosa, mercadillos abarrotados y llenos de tesoros, gente tranquila y amable...Es, como dicen mis padres, como España hace cuarenta años, tiene todas aquel encanto de lo que está por hacer, y también las ventajas y los inconvenientes de una cultura "demasiado" tradicional. Te sientes como si hubieras pasado al otro lado del espejo, y sólo estamos a unos kilómetros de distancia: compartimos el mismo clima, el mismo mar, los mismos paisajes...pero la cultura es muy diferente. Eso lo sabíamos y no nos sentimos extraños ni sorprendidos, simplemente, la sensación de haber cruzado el otro lado del espejo, se cambian los ritmos, se invierten los puntos cardinales, el sol sale por donde aquí se pone.

jueves, 22 de julio de 2010

Conviviendo con ángeles




























Como os decía el último día, cuando menos lo esperas, salta la liebre. Posiblemente en estos momentos me esté tostando bajo cielos marroquinos(como diría mi Pepi), alejada de Internet y todas sus adicciones y, fijaos, he aparecido en vuestro ordenador, sorpresa, sorpresa, con una historia de amor agridulce al principio, finalmente feliz.

Ella fue la sorpresa más grande de mi vida; un salto de liebre de enormes consecuencias. Yo acababa de aprobar mis oposiciones y me estaba adaptando a la vida de profesora en un centro marginal, es decir, estaba al borde de la dimisión, a la vez que estudiaba Hispánicas por la UNED e intentaba disfrutar a tope mi vida de, casi, recién casada(es un decir, ya íbamos para tres años, pero con tanta separación forzosa por nuestros trabajos...como que no cundía). O sea, salía muchísimo, bebía bastante y fumaba más de la cuenta, además de pasar largas tardes tumbada en la cama, sesteando o viendo la tele. La maternidad en ese momento era la última de mis inquietudes. Pero...Algún error de planificación debió de ocurrir, pues si no, no se explica que una tarde de febrero, viendo uno de esos programas del corazón, la noticia de que Pastora Vega estaba embarazada desencadenó en mi mente esta cadena de pensamientos:"Por Dios,si a esa mujer tan mayor le ha pasado eso...a mí...hace ya dos meses que no tengo el período, hubo un conato hace un mes, pero...". Sin pensármelo dos veces, ni decir media palabra, me abalancé a la farmacia en busca del equivalente moderno del Predictor. Diez minutos más tarde la respuesta era inequívoca: positivo. No obstante, volví a la farmacia, a otra un poquillo más lejos y compré otro, con el mismo resultado. Me quedé noqueada, yo, yoooo, pero si soy muy chica (y tenía ya 30 años), y ahora qué hago, ....En esto que llegó mi esposo, al que no había dicho nada porque no quería que me descubriera por teléfono(soy muy transparente). Le enseñé la prueba, se puso muy colorado de la impresión, pero me abrazó llorando de alegría. En ese momento entendí qué todo había pasado para bien, qué esa criatura exigía venir al mundo, a esa casa y a esa familia. Nos había elegido y teníamos que estar a la altura.

El resto del embarazo (daos cuenta de que quedaban menos de siete meses) transcurrió bastante plácidamente, hubo algún sustillo por alguna analítica que se traspapeló, pero nada relevante. Ni vomitaba, ni me fatigaba, ni se me hinchaban las piernas..para creerme de verdad que iba a ser mamá me compraba todos los libros y revistas que encontraba sobre el tema, hice toda la preparación al parto, me dedicaba largas horas a la ensoñación y a acariciarme la barriga, esperaba con anhelo y suspense las ecografías...en la doppler, me pareció ver la carita de mi hermana en la suya, la de mi hermana cuando era bebé, y así la soñaba yo, rubita y mofletuda, un bebé de anuncio.

Nada de ésto por supuesto me sirvió para cuando llegó el momento. Me voy a saltar la parte del parto, que no lo fue, fue una cesárea, posiblemente de las que por otros foros llaman "innecesáreas", yo eso nunca lo sabré, pues no hubo explicaciones, ni aclaraciones, ni atención postparto, ni nada de nada. Simplemente diré que no fue bonito, que más bien fue traumático, que me trataron con la misma delicadeza con que hubieran tratado una pieza de jamón cocido, que después me sentía inmensamente vacía, dolorida, agotada...y con una criaturilla, pequeñísima, berreante, a la que no reconocía en la niña de mis fantasías, pues en vez de redondita, rubia y sonrosada era muy delgadita, peludita, con rasgos levemente asiáticos...Nunca olvidaré lo primero que dijo mi suegro, "pero si es una coreana...". No me podía mover en 24 horas, no me subía la leche, y horribles enfermeras exigían que le diera el pecho: pero si no la podía coger en brazos, si no me podía incorporar, si tenía los brazos llenos de vías...una que me intentó ayudar, lo que hacía era coger la cabeza de la niña y aplastarla contra mi pecho, de manera que se puso negra porque se iba a asfixiar...Horrible, horrible, de verdad, con aquella interminable sucesión de visitas indiscretas, que se permitían hacer comentarios sobre todo, sin tener ni idea de nada.

Yo me sentía inútil total, no había podido parir a mi hija, y era la primera vez que pasaba esto en mi familia, ahora no podía darle el pecho...me obsesioné con la idea de, por lo menos, intentar darle mi leche en biberón, y aquí empezó otra tortura: no tenía leche, me martirizaba para producirla, sabiendo que, cuánto más me sacara, más saldría. Pero, al principio, nunca era bastante, y la niña , ya pequeñita cuando nació, iba perdiendo peso...Me conformé, entonces, con darle leche de fórmula y mi leche como suplemento...las visitas se fueron espaciando, la pobrecilla empezó a ganar peso...y un mes y medio después, probé a darle de nuevo la teta y...como si lo hubiera hecho toda la vida...tuvimos que crear nuestra intimidad, ganarnos nuestro espacio a solas, aprender a conocernos. Yo al principio me sentía como anestesiada, ella me fue ganando con sus sonrisas, con sus carcajadas, con sus miradas directas a mis ojos. Ése fue el milagro: ella me eligió, decidió que, con todas mis carencias e inexperiencias, le gustaba como mami y me quería. Yo no podía creer que una cosita tan pequeña tuviera tal capacidad de comunicación, tanta empatía, pero era así: mi bebé me reconocía, me daba la razón, me señalaba entre toda la multitud. Me enseñó lo que es ser madre, mamá, mamífera.

Del resto de la historia, sabéis bastante. Me enamoré de mi niña, no fue un flechazo, es cierto, como han sido mis experiencias con los varones. Pero la quise pronto tanto, tanto, que olvidé todo el trauma hospitalario y, en cuanto pude, decidí darle una hermana. No pudo ser, ahora reina entre los varones, mayoría en mi casa y en el resto de la familia. Admiro de ella su dulzura, tanto como su terquedad. Tiene un corazón generoso, es exageradamente desprendida, tanto que esto se convierte en defecto, pues es algo descuidada con las cosas, y perennemente despistada.

Va creciendo, demasiado rápido, es verdad, y adivino en ella ademanes y conductas que copia de mí: como casi toda niña, ella quiere ser como su madre. Temo que, como suele ocurrir, adquiera mis muchas limitaciones queriendo imitar mis virtudes. Quisiera gritarle que no cometa esa tontería, ella ya, aún sin haber cumplido los nueve años, es mucho más grande de lo que yo podré serlo: más valiente, más tierna, más auténtica. Sólo espero de ella que sea siempre como es ahora, con esa capacidad increíble para disfrutar de cada momento, sabiendo que cada día es especial si te empeñas en que lo sea. Que siga descendiendo ríos, subiendo montañas, montando a caballo, cabalgando olas y bicicletas, haciendo bizcochos, comiendo helados y chocolate.....que sus amigas sean siempre las mejores, como lo son ahora: que encuentre y viva el amor y la pasión, cuando llegue el momento y, si es inevitable, que le rompan el corazón, que yo le ayudaré a remendarlo.

Sólo siento que a veces se sienta culpable de mi cansancio y, a veces, mis malas caras: no quiero ese germen de culpabilidad heredada de mí en su pecho, la quiero libre, y fuerte, y sana, y que vuele y me deje, si es necesario, aunque sé que, llegando ese momento, me romperé definitivamente en dos.










































Éste es el regalo que me hizo para el día de la madre, junto con un abanico pintado por ella: una tarjeta en la que estoy yo, de pequeñita, con una muñeca en brazos, y luego con ella, mi muñeca de carne;se me saltaron las lágrimas cuando me lo dio, pues buscó la foto ella solita con cuidado de que hubiera paralelismos entre las dos fotos.



Mi niña, mi amor, sólo puedo dar gracias a la vida por ti, pequeño gran milagro. Afortunada de mí, porque convivo con ángeles.

Recapitulando...y vacaciones, al fin











Hoy, mientras escucho el relajante ras-ras que hace el pintor en el piso de arriba, decido que ha llegado el momento de recapitular. Sólo hace dos meses que me introduje en el universo blogger, la primera entrada está fechada el 21 de mayo. Mi único propósito aquella noche, bellísima, recuerdo su luna, era intentarlo, ser constante en este ejercicio que me he impuesto: sacarme del desván algunos de esos muebles que me estorban, quitarles el polvo, colocarlos en un sitio apropiado y funcional, y lo que no sirva, a la basura. Debo reconocer que estoy más que satisfecha de lo conseguido, he sido de lo más aplicada y mi entusiasmo va en aumento. A la vuelta de mis cortas vacaciones espero traer las maletas llenas de energía y fantasías que iré trasladando a este reino recién descubierto.









Por otra parte, mi vida real en estos últimos meses ha adquirido un ritmo frenético. Descartando las rutinas del día a día de una madre de familia numerosa y trabajadora, enumeremos los hechos más destacados de los últimos meses: en abril fui tutora de un alumno de máster en prácticas, el entrañable Salvi. En mayo, colaboré en la organización de los actos de fin de curso, y empezamos con actividades TIC en el aula, una experiencia a repetir; junio, descubro que soy obesa de tipo 1 y me pongo a dieta radical, evaluaciones, finales de curso(de mis alumnos y mis hijo), viajamos un finde a Sevilla, participé como vigilanta y correctora en la Selectividad, y empezamos a desmontar la casa para las reformas; julio: mes de obras en casa, que hoy, felizmente, terminan. He podido escaparme en ocasiones para ver a mis amigas, hacer un par de excursiones y nadar a diario en la piscina. También hemos descubierto la hipermetropía de David, con los que son dos los gafotas entre mis retoños(El pequeño, Rafalito, dice que dónde están sus gafas) . Sigo a dieta, aunque últimamente, con la ansiedad de lo que tengo en casa, se me olvida, pero creo que ya no soy obesa de tipo 1, simplemente, tengo sobrepeso, y va en regresión. Pero estoy sana, mañana me voy de vacaciones una semana a un paraíso todoincluido, he superado estos meses de infarto y tengo que celebrarlo. Moderadamente, pero ha llegado el momento de cosechar las alegrías de tanto esfuerzo.









Así que, cuando regrese, casi estaremos en agosto, mi ritmo se habrá desacelerado, tendré todavía por delante un mes de vacaciones y, espero, mucha tela que cortar. Deseadme que el viaje salga bien: que el melillero no se hunda ni nos topemos con integristas islámicos o nos perdamos en el desierto.

Os dejo con el consejo de que estéis atentos al salto de la liebre, a las sorpresas inesperadas, que, pesadita de mí, os recuerdo, son LA SAL DE LA VIDA.(me da rabia de que Anna Gavalda me haya robado la frase, era MÍA Y SÓLO MÍA, MI TESORO...)














p.d. El ras-ras del pintor me relaja porque sé que, pase, lo que pase, se va a terminar YA! Ayer por poco me da un ataque de ansiedad, que han tardado tres días en pintar una habitación, y al lavadero, TODAVÍA no le han metido mano. En fin, besazos a todos.

martes, 20 de julio de 2010

Niña otra vez.

















Me dice mi cónyuge que esto de acercarme a la cuarta década me está sentando regular, que más bien parece que estoy volviendo a la adolescencia: últimamente mis comportamientos son algo erráticos y caprichosos, me ha dado por no comer, protesto por tener que hacer las tareas, paso horas enganchada a internet, sueño con vivir un año en el extranjero, intento recuperar las amistades de aquella época... algo de razón tiene, desde luego. Ayer hablando con mi querida Paki lo comentábamos: esto del paso del tiempo es muy relativo, los años pasan por ti, su efecto se nota en el físico, porque "algo" nos estropeamos: empiezan a surgir los achaques, las molestias, vemos como nuestros padres envejecen, a veces enferman, en el peor de los casos, nos van dejando...sin embargo, a algun@s, el tiempo nos rejuvenece por dentro, pues vamos superando todos los complejos y prejuicios que nos encadenaban de jovencillos, perdemos muchos miedos, perdemos la vergüenza...yo, por mi trabajo, estoy en continuo contacto con los muy jóvenes, aparte de con mis niños, que ocupan el resto de mi tiempo. Lógicamente, la influencia de estas generaciones me llega.








Así que, pues sí, lo reconozco, seré una eterna adolescente. Y hoy me siento traviesa, se me antoja llenar la pared de mi habitación de posters del Superpop, o, al menos, la carpeta del "insti". Pero no lo voy a hacer: hoy viene el pintor a rematar la faena de los albañiles, y mis carpetas ya son todas virtuales. Pero no me voy a quedar con las ganas, de ninguna manera. Os abriré nuevamente mi corazón y os enseñaré mis príncipes virtuales, a los reales ya os los presenté. Un regalito para acalorar este verano en su ecuador.



EL BUENO



Para empezar, algo nada original, Iker Casillas: como decía Paki, es tan tierno y encantador...va por ella
















Es lindo este chiquillo, lástima que podría ser !mi sobrino!, que ya no es tan jovencillo, parece un niño pero ya se acerca a la treintena.









EL FEO


Jon Bon Jovi, no es nada feo, pero de los cuatro que he escogido es el menos convencional, el rockero, el ambiguo...también es el mayor de los cuatro, y el que más tiempo me lleva acompañando en mis fantasías,...y en mis cánticos "I wanna Lay down on a bed of roses, I wanna lay down on a bed of nails...."(´gritar esto a pleno pulmón y mientras se conduce camino al trabajo es una liberación)























EL MALO





Esta elección quizás sea controvertida por lo vista que está, pero me encanta el Duque, y no me refiero al actor, Miguel Ángel Silvestre, que me deja un poco fría, sino al personaje de ficción y su encarnadura, el Duque, el chulazo de barrio que asciende a mafioso y luego se arrepiente por amor a su chica y porque ,en el fondo, es un romántico que no ha renunciado al poso de inocencia y bondad que pudiera quedar en él. No os confundáis, es todo ficción; en la realidad me horrorizan los chulos, los malotes, esos niñatos por los que mis alumnas suelen babear, esos que llevan en sí un aprendiz de maltratador. El Duque es otra cosa, es un arquetipo: un diamante oculto entre la basura.










































EL GUAPO

Mi último descubrimiento, al cual espero seguir viendo en muchas pelis y series de televisión, pues creo que es muy buen actor, aparte de tener un físico sublime: el hombre L´oreal, "porque yo lo valgo". Matthew Fox. Para mí siempre Jack, el cirujano milagroso, el héroe que se hizo hombre y habitó entre nosotros (pero en Hollywood o en NYC, muy, muy lejos de las verdaderas terrestres).











Esta ha sido mi elección del día, difícil, porque el menú estaba repleto de ofertas atractivas. Esta vez me he dejado llevar por la vista, me guardo en la carpeta de las fantasías otras opciones de varones, atractivos por otros méritos: Bono, Javier Bardem, Luis García Montero, Paco León, Kevin Spacey, Paul Auster y tantos otros, me acompañan y renuevan cada día mi fe en el otro sexo. Sin desmerecer a los verdaderos hombres que me rodean y sé que me adoran, desde mi padre a mi benjamín, pasando por mi innombrable media naranja(me ha pedido que ni lo mencione por estos planetas), y algún que otro adorable vecino o colega, todos ejemplares a su manera, guapos por dentro y por fuera.

Pero del cuarteto que he presentado, ¿con cuál os quedáis? ¿Con el bueno, el feo, el malo o el guapo?


Espero haberos alegrado las "ojeras", a ver qué me contáis.