Adolfo: "Chica, no sabía que las otras brujas le tenían tanta envidia a tu amiga Rosa"-
Carmen."¿Envidia?", Mariví y yo nos miramos sorprendidas.
Adolfo: "Es que esa mujer es tan guapa y tan elegante, tan, tan elegante, tiene mucho tipo de pepera y de opusina, eso sí, pero es que es tan guapa..y sobre todo tan elegante..."
Carmen: "La verdad, no sé cómo pueden envidiar a una persona que es tan profundamente infeliz, yo sólo envidio los bocadillos de tortilla con mahonesa que se zampa, que no sé dónde irán..y no creo que sea ni pepera ni mucho menos opusina"
Mariví: "Yo no la veo tan guapa, la verdad, es super buena gente, conmigo se ha portado super bien y quería que fuera con mis sobrinos a su casa, y blablabla..."
Adolfo:"Pero ¿no os dais cuenta de que es exactamente como un personaje de película de Hitchcock, una de esas rubias frías que llegan a un poblacho de no se sabe dónde y no se sabe porqué, siempre de punta en blanco, huyendo atormentada de un pasado turbulento y misterioso...?Está claro que algo esconde..."
Carmen: "Adolfo, me he pasado meses intrigada por esta chica y dándole vueltas al coco, por qué está aquí,por qué se vino de la capital, qué es lo que ha hecho hasta ahora...y es cierto que nunca habla claro, se contradice continuamente cuando habla sobre su trabajo en Madrid, unas veces ha sido asesora en Centros de Formación, otras veces tenía un puesto en la Delegación, otras veces era profesora de la Universidad a Distancia, otras cuenta que gestionaba recursos, cientos de miles de euros...Y es cierto que es misteriosa, pero para mí que está siempre interpretando un personaje y que debajo de él esconde la nada, no nada..."
Adolfo: "¿Y tú de verdad te crees que dejó ese super puesto que tuviera para venirse a vivir a este sitio tan feo y cutre...?
Mariví: "Oye, que esto no es feo, valencianito pijo, a ver que te crees"
Carmen: "Ella cuenta que soñaba con vivir en la costa, en un acantilado sobre el mar, y así es como vive, el mar casi se le mete en el salón, quería vivir una película, empezar de nuevo con su hijo junto al mar"
Adolfo: "¿Lo ves? Es que es todo glamour en ella, es que es tan elegante, vive en un acantilado sobre el mar como Rebecca, cómo me gusta esa película. Pero,¿quién se va a creer que dejó a su super marido rico solo en Madrid para venirse a vivir aquí, sólo para vivir una película? Vamos hombre, que esa esconde algo o huye de algo, fijo..
(Fragmento bastante fidedigno de una conversación de terracita al sol, una mañana de inicios de verano)
Su enigma me temo que perdurará y nunca llegaremos a saber qué la empujó a dejar la vida rutilante en la capital para exiliarse a una zona costera de veraneo barato, dejando en su huida una casa de tres plantas en La Moraleja, su super puesto en no se sabe qué y una caterva de amigos y admiradores a los que no paraba de referirse, amén de condenar a su marido a una constante peregrinación de la capital a la costa, que en pocos meses los llevó al borde de la ruptura y a la salita de una terapeuta matrimonial. Sí que adiviné su casi inmediata desesperación al comprobar que esta nueva vida la hacía aún más infeliz de lo que ya era: odiaba el trabajo, no paraba de decir que se sentía desperdiciada, que ella tenía otras aspiraciones, que cómo podía tratarla la directora como si ella fuera una más...A los dos meses de instalarse ya estaba moviendo hilos para regresar a la capital. No le gustaba el trabajo, ni los nuevos compañeros, ni el colegio carísimo que había elegido para su hijo, ni la casa de alquiler... no le gustaba ni el mar, siempre presente allí fuera, amenazador, frío y vacío.
No me cabía la menor duda de que ella entre nosotros era una estrella fugaz, pasaría leve y vertiginosamente, sólo nos quedaría el rescoldo de su gloria. Como así fue. Lo que no sospeché era que su impresión entre los demás no era tan gloriosa: lo que para mí era desdicha y desesperación para otros era simplemente desdén, se hizo famosa entre los compañeros por su tendencia y facilidad para el escaqueo y su falta de empatía...a pesar de que nuestra asistenta compartida me había comentado su pasión por los libros de autoayuda y de citas trascendentes.
Su figura, alta y esbelta, en cualquier caso, fue adelgazando, adelgazando...ella me confesaba que era consecuencia de la ansiedad; de todas formas, según mi amigo Adolfo, para mayor elegancia, iba en coherencia con su personaje. Tanto adelgazó que, repentinamente, un día ya no estaba. Desapareció. Se había ido. Posiblemente consiguió su objetivo de regresar a su puesto ejecutivo en la capital. Me imagino que retornaría allí y los dejaría a todos boquiabiertos, con su bronceado impecable que hablaba de playas remotas, su halo de misterio, su perfume tan caro y exclusivo...volviendo de un lugar exótico y desconocido, en el que le habrían pasado enigmáticas experiencias, y habría conocido a personas apasionantes e inolvidables. Viviendo atormentada en una casa que volaba sobre un acantilado. Debajo el mar, amenazador, frío, vacío.
GUAU,... Cuando vaya a la capital buscaré a Rosa entre la gente, y, si la encuentro, le diré que conozco cuál es su secreto: la insatisfacción.
ResponderEliminarMe ha encantado el personaje de la asistenta compartida: la discreción no es su fuerte; ¿contará en otras casas qué libros léeis en la vuestra? Cuidadin,...
Espero seguir leyéndote antes de dormir, ...
Cómo me gusta tu forma de narrar. Me da la sensación de estar viviendo un história.Además le añades fotos que la hacen más interesante...
ResponderEliminar¿Qué fue de los diseños de tu hija carmen???para la camiseta de Ted Baker???
Me gustaría verlos en un post y creo que a ella tb.
Un abrazo en la distancia.
sacramento
El diseño de Carmen está por confeccionar, pero llegará. Tengo que ponerme al día y publicar algunas fotillos, las últimas dos semanas han sido de infarto,tengo que terminar unas tareillas administrativas y adaptarme al ritmo del verano. Espero que sea fructífero.
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