lunes, 12 de marzo de 2012

LUGARES MÁGICOS - VALENCIA

Inauguramos una nueva sección del blog, en la que relataremos sobre aquellos lugares que esta humilde familia califica de MÁGICOS y que, mágicamente, suelen coincidir con los destinos elegidos para vacaciones o escapadas. Nada más mágico que el tiempo libre, al menos para mí.

Nos encontramos delante del Tribunal de las Aguas

Empezamos con la última escapada que hicimos durante Semana Blanca, a Valencia. Valencia para mí es mágica por dos motivos. Primero, desde hace casi un año mi hermano vive allí, dejó su casa, su trabajo, sus amigos, su familia de aquí y se lanzó al vacío de empezar de nuevo en esa ciudad, siguiendo al amor de su vida. Nada más mágico que el amor. Segundo, cuando yo era muy pequeñita, si me preguntaban adónde me gustaría ir de viaje siempre tenía clarísima y rápida la contestación-a Disneylandia o a Valencia. En casa de mi tía abuela Maruja adornaba su salón una muñequita vestida de fallera, a mí me parecía lo más bonito que había visto nunca, con esas peinetitas, sus trenzas enroscadas a la manera de ensaimadas, las capas y capas de enaguas, los damascos,...Mi mayor deseo, y no estoy bromeando, era tener una muñeca fallera. Además, me fascinaba en sí la fiesta de las fallas, que entonces aparecía bastante en televisión. El día 19 no se me olvidaba estar pendiente a las 12 de la noche para ver en el telediario la inauguración de las fiestas, con su explosión de fuegos artificiales y mascletás. Luego,  me fueron quitando la ilusión por conocer estas fiestas - que si me iba a asustar con los petardos, que si había un millón de turistas y no se podía ver na de na, que en Valencia aparte de las Fallas no había nada que ver, porque era igual que esto...en fin, que así he llegado a la edad que tengo sin haber pisado el Levante español. Habré estado en Londres, París, Roma o NY, pero no había estado en Valencia hasta la semana pasada. Bueno, la verdad es que en España todavía me quedan cosas que ver, no os voy a engañar, pero lo iremos arreglando.
Ni que decir tiene que uno de mis retos para esta escapada era traerme de vuelta a mi deseada fallerita. Para mi santo esposo, su prioridad nº1 era, como no, LA PAELLA.

Pues Valencia me ha encantado, seguro que volveremos, en tres días no nos ha dado tiempo de ver mucho. Los niños han disfrutado, es un sitio en el que se pueden hacer muchas cosas con ellos, sobre todo si los tienes acostumbrados a caminar y visitar, como es el caso. El momento estelar fue nuestra llegada a la ciudad, estaba atardeciendo y cuando pasamos por la zona futurista del  Parque de las Artes y las Ciencias a los tres se les abrió la boca en un OOOOOHHHHH, y creo que es de las primeras veces que los he visto tan impresionados. Claro, a los niños les llega mucho el tema del futuro, por las series de dibujitos que casi todas son de Ciencia Ficción. También les encantó el Oceanográfico, el paseo en barca por la Albufera, subir a las Torres Serranas muy tempranito el domingo por la mañana, la Exposición del Ninot y los parques que han sustituido al río -idea que sería muy interesante para copiarla por aquí, otra ciudad de río seco. Sobre todo han disfrutado con sus titos, que los han mimado y se han esforzado en vivir con ellos la aventura de descubrir una ciudad nueva.
la beluga, una ballena sonriente que nos cautivó

Las Torres de Quart desde arriba

Para los papis, tuvimos la suerte de contar con momentos de intimidad y descanso, pues nos quedamos solitos en un hotel precioso, el Vincci Palace, que, además, pronto descubrí que es un edificio con historia, y de la que me toca el corazón, pues allí vivió y trabajó uno de mis ídolos, Antonio Machado, poco antes de marchar al exilio a Francia, mientras estuvo allí consignada la Casa de la Cultura. Se ha intentado devolver al lugar el encanto y el lujo de los años veinte, presente en toda la decoración.

Las Torres de Quart desde abajo








En otro capítulo os enseño algo de la Escapada dentro de la Escapada, pues no contentos con conocer Valencia , también nos acercamos a la cercana Aragón para conocer un lugar verdaderamente mágico y sorprendente, Albarracín. Pero, ya os digo, eso será en otro capítulo.

PD. Por si no os habéis dado cuenta, ya estoy bastante recuperada de mi operación, así que me veréis con frecuencia por estos lugares, promised.




Horchata con fartons caseros en Alboraia, es lo único que nos dio tiempo a repetir, merendolas a recordar.






Tres paellas cayeron, junto a la Albufera- reto superado





Aunque en las fotos no se nota, yo estuve los tres días malísima, con frecuentes expediciones behind the musgo.

Hasta aquí hemos podido llegar, el sistema no me permite hoy subir más fotos. La pregunta final sería si me traje de vuelta la muñeca fallera, a ver que me decís.























3 comentarios:

  1. Se nota que lo pasaste muy bien...a pesar de las expediciones.
    El oceanográfico es impresionante, verdad?
    Paella no sé, pero recuerdo un arroz a banda en un restaurante del palmar -creo que esa es la zona- de impresión. Nos llevó un valenciano que ha conquistado a una madrileña que también ha dejado todo y allí que se ha ído.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Me alegro que ya estes recuperada de tu operación.
    Nosotros solemos ir a la comunidad de Valencia en verano, cada año cogemos un sitio diferente ya que es una tierra con mucho encanto.

    Besitos, Maria

    ResponderEliminar
  3. Bueno, bueno, llego a tu blog y me encuentro con esto... ¿que decirte? me robas el corazon!!! La ciudad de mis amores, aaaaaains

    ResponderEliminar